Violencia Infantil
La violencia en el hogar afecta a los pequeños y
estas situaciones se producen en todos los niveles socioeconómicos.
La violencia puede ser física: golpes o castigos
físicos y psicológicos: palabras hirientes, amenazas, desamor y negligencia.
Una forma de violencia a un niño significa no ofrecerle los cuidados que son
indispensables (alimento, vestido, salud) no tomar en cuenta sus horarios y
necesidades de apego, corregirlos mellando su autoestima o a través de
actitudes como la indiferencia.
Exponerlos y/o permitirles tener acceso a material
no apto para su edad en las que predominan escenas de violencia o cuyos
personajes los inciten a ello, tal como hemos visto recientemente en las noticias
acerca de Momo, también es una forma de ejercer violencia.
Por ello es importante enseñar a los niños a que avisen si observan escenas que les producen miedo; podemos decirles “si ves a un
personaje, avisa a tus padres” Estar atentos a lo que nuestros niños ven en las
pantallas y enseñarles a dar aviso.
¿Qué genera a un niño el estar expuesto a
situaciones de violencia? Desde el punto de vista físico, retardo en el
desarrollo, heridas si éstas se manifiestan a través de golpes. Desde el punto
de vista emocional, un niño que vive en un ambiente o está expuesto a dichas
situaciones, se torna inestable, miedoso, agresivo, no tiene confianza en sí
mismo, presenta dificultades en la escuela, será poco afectivo y repetirá
dichos patrones de conducta en la escuela y en otros entornos.
Antes de perder la paciencia recodemos:
- Él niño tiene su propio estilo que no es el de los padres.
- Reconocer nuestras emociones: si estamos molestos, esperemos a tranquilizarnos para corregir.
- Hay momentos de tensión y agresividad que son inevitables pero hay que saber gestionar y evitar que se conviertan en actos de violencia.
- Buscar momentos en los que se brinde afecto.