Evidencias Científicas del Efecto del Castigo Físico y
Humillación en los Niños
Ha quedado demostrado
con evidencias científicas, que el castigo físico sean bofetadas, gritos,
humillaciones, azotes, jalones de orejas y otros como métodos correctivos hacen
que los niños sean más agresivos y que se vea afectada su capacidad cognitiva y
autoestima, además de otros efectos.
Los pediatras de USA
promueven un desarrollo saludable de los niños mediante la aplicación de lo que
definen como disciplina positiva y lo que les ayudará a modificar su
comportamiento y tolerancia a la frustración.
Tips de Disciplina Efectiva y Positiva para criar
niños sanos
- Imitación. Enseñar a los niños la diferencia entre el bien y el mal. Ser ejemplo y modelo para ellos.
- Poner límites a la hora de poner normas a los niños, los padres deben ser claros y realistas para que ellos sean capaces de seguirlas. El lenguaje es fundamental. Hay que adaptarlo a cada edad para así asegurarnos que comprenden lo que se espera de ellos.
- Explicar las consecuencias de las conductas, de forma calmada y firme siendo capaces de explicar a los niños las consecuencias de sus actos. Por ejemplo: “Si recoges los muñecos ahora, podrás jugar con ellos después". Los padres deben ser firmes y no cambiar de parecer a los pocos minutos. “Nunca debes chantajear a tu pequeño con algo que realmente necesite, como comida”.
- Escucha a tu hijo. Espera que termine de explicarte lo que le ocurre antes de ayudarle. Si el comportamiento se repite, intenta razonar con él antes de decirle cuáles serán las consecuencias de su comportamiento.
- Prestar atención. La herramienta más poderosa para educar es prestar atención, ya que “refuerza los comportamientos positivos frente a los negativos”
- Fortalecer los comportamientos positivos. Los padres deben evitar fijarse exclusivamente en lo negativo.
- Ignorar un mal comportamiento. Puede ser una buena opción algunas veces, ya que puede otorgar al niño cierta autonomía para ser el mismo el que descubra las consecuencias de su mal comportamiento.
- Cuando somos conscientes de lo que hace que nuestros hijos se comporten mal, nos hace ser previsores y reaccionar de una manera más calmada y firme.
- Reconducir el mal comportamiento, ya que muchas veces nuestros hijos se portan mal porque están aburridos, cansados o no lo saben hacer mejor. Intenta buscar otra actividad que el niño domine o con la que se lo pase bien.
- Tiempo fuera. Se aplica cuando una norma estipulada por la familia se rompe. La duración debe ser de un minuto por año del niño. Por lo que si el pequeño tiene tres años, serían tres minutos. Cuando son pequeños no se les debe dejar solos. También se puede intentar hacer que lo gestione el pequeño: “Anda a tu cuarto, yo te acompaño y cuando te encuentres mejor y más calmado, conversamos”.
Además de seguir
estas pautas, los padres deben ser conscientes de que no es lo mismo hablar con
un bebé que con un adolescente y que tienen que adaptar su lenguaje y normas según
la edad de sus hijos”.
Con los niños de 0 a
3 funciona mejor el ejemplo, ya que aprenden por imitación y el lenguaje
positivo; mientras que con más de tres, lo mejor es reforzar lo bueno e ignorar
lo malo. Para los mayores de seis años, se recomiendan que cuando hagan algo
mal, hablemos con ellos de las opciones buenas y malas que tienen ante esa
situación problemática. En cambio, con los adolescentes aconsejan que se ponga
en una balanza lo que esperamos de ellos y lo que son capaces de hacer y se
actúe en consecuencia y de forma realista”.
En resumen, para
educar sin azotes, gritos, ni humillaciones hay que considerar tres puntos fundamentales:
- La escucha activa, que permite que tanto el niño como nosotros comprendamos por qué sucede el mal comportamiento;
- La empatía, para ser capaces de ponernos en el sitio del otro.
- El respeto, para huir de cualquier vejación y así promover el desarrollo saludable del menor y fomentar las relaciones familiares sanas.
Fuente: El país (https://elpais.com/elpais/2018/11/12/mamas_papas/1542024641_886153.html)
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