Por Claudia Schiappa-Pietra
Estamos viviendo un tipo de educación y crianza que no es del todo favorable para el desarrollo del potencial de los niños y adolescentes produciendo en ellos y en sus padres, una epidemia de estrés.
Es un reto para nuestro país y América Latina el cierre físico de las escuelas, cambiando el escenario presencial a uno virtual, siendo ello una gran responsabilidad y trabajo para el docente y el que no siempre es apreciado por los padres de familia.

Una sesión de aprendizaje, es una situación diseñada por el maestro con el fin de aplicar estrategias de enseñanza o procesos pedagógicos para de que de ese modo, el alumno desarrolle su capacidad cognitiva, afectiva o motora. Incluye la motivación, los conocimientos previos, los conflictos cognitivos (explicación al alumno cuando no comprende utilizando medios tecnológicos) y así procurar el logro en la construcción del aprendizaje y procesamiento de la información de tal modo que el alumno sea capaz de aplicar lo aprendido, la meta cognición, reflexión y evaluación.
Todo ello conlleva una meticulosa organización y planificación así como el uso de adecuadas estrategias de comunicación y acompañamiento prácticamente individual. Es decir, es una ardua labor.
En el caso de los niños, los contenidos y actividades han de ser lúdicas, motivadoras y sencillas para que el padre sienta que puede acompañarlo y disfrutarlo.
Es importante que los padres valoren el esfuerzo y el importantísimo rol que juegan los maestros con el fin de no sólo impartir conocimientos sino de mantener un vínculo con sus alumnos a pesar de que el contacto con sus pequeños sea de corta duración
Es una situación inesperada y de la que saldremos airosos en tanto los padres y alumnos demuestren una actitud colaborativa.