¿Por qué los bebés lloran?
El llanto de un bebé moviliza a los adultos puesto que activa una parte del cerebro llamada amígdala que actúa como un radar ante cualquier amenaza emocional.
¿Por qué los
bebés necesitan desencadenar dicha reacción?
Porque no pueden defenderse por ellos mismos, son
como pollitos alrededor de sus padres, dependiendo de ellos para calentarse,
alimentarse, mantenerse seguros y contenidos mientras desarrollan las
capacidades cerebrales necesarias para desenvolverse en su medio ambiente.
Como los polluelos, el llanto del bebe sirve para
cubrir necesidades de comida y protección frente al peligro.
Los bebés también están en alerta con las señales
de sus padres; los mensajes que ellos transmiten a través del cuerpo; cómo los
padres los huelen, tocan, acarician, sostienen, etc. así como del tono de voz y
su sonrisa lo que les provoca una respuesta positiva.
En las primeras semanas, la mayoría de los bebés
lloran cerca de 2 horas al día y si éste no es atendido oportunamente, este
llanto se incrementará. Dificultades al
momento de la lactancia puede ocasionar ese patrón de llanto permanente al
igual que si el bebé está enfermo, tiene gases o alguna infección.
Los padres se conectan con el bebé volviéndose más
hábiles en el uso del lenguaje corporal y transmitiéndoles sus estados
emocionales. Es por ello importante
estén relajados y en armonía con sus emociones para poder atenderlo,
entregándose a esta noble labor. Ello
les permitirá escucharlos en forma sensitiva y responder pronto a sus
necesidades.
Hay que considerar la importancia de que el bebé
haya tenido un adecuado embarazo y parto.
Cuando el embarazo ha sido estresado sean por conflictos con la pareja,
familiares o problemas de otra índole, la cortisona de la madre atraviesa y
afecta al feto y por ello, los bebés que durante el embarazo de la madre han
pasado por dichas situaciones, son más propensos a llorar.
Algunos padres primerizos no saben manejar los
momentos de llanto y crisis del bebé porque desconocen cómo hacerlo o porque no
tienen el soporte de una pareja o familiar que los apoye en circunstancias
difíciles, sea el caso de madres solteras, víctimas de violencia familiar o cuando
evocan maltratos que sufrieron durante la infancia. Ello no les permite vincularse con sus bebés contando
con menos herramientas para disfrutar de sus bebés y evadiéndolo. Les cuesta acariciarlos porque tienen menos
niveles de oxitocina, hormona que permite a las personas sentirse bien.
En situaciones armoniosas, los padres van
conociendo a sus hijos y podrán anticiparse a sus necesidades y por ende, los
bebes no tendrán necesidad de llorar. Los estudios demuestran que mientras más
responden los padres a las necesidades de sus bebes en los primeros meses menos llorará. El llanto de un bebé es una señal de
diferentes cosas, pero la forma como padres y cuidadores interpretan esas
señales, tienen grandes implicancias en
su posterior desarrollo.
Cuando la madre ha sufrido durante el embarazo
stress crónico ello dejará efectos en la amígdala del bebé y los niveles de la
oxitocina serán más altos. Los bebés carentes de cariño y afecto, tendrán
la amígdala sobre-estimulada creando tendencias de ansiedad y agresión a pesar
que dejaron de llorar. Ellos han quedado
estresados interiormente (las hormonas de stress pueden permanecer en un nivel
alto por lo menos 3 días) los padres que no responden al llanto de su bebé
durante el primer mes pueden estar dándole el mensaje que a ellos no les
importa lo que su bebé siente. Son bebés
que crecerán como personas demandantes y que siempre requerirán que otros estén
viendo por sus necesidades.
También hay padres indecisos e inconsistentes que
en algunas ocasiones sobrereaccionan al stress de su bebé y en otras ocasiones
lo ignoran ocasionando que quizá el llanto signifique “estate lejos de mí o
¿dónde estás?”.
Hasta los 6 primeros meses, los bebés tienen cortos
ciclos de sueño y requieren ser alimentados con frecuencia por lo que la teoría
de dejarlos llorar o desatenderlos no es válida en esa etapa.
Cuando el bebé se despierta de noche, aun no tiene
la capacidad de darse cuenta que su cuidador se encuentra al lado y sus llantos
son una forma de expresar el miedo de sentirse abandonados.
El niño nace
con capacidades básicas que se irán desarrollando a través de las relaciones
afectivas y sensoriales que les proporciona el entorno. Este primer grupo afectivo es la familia y la
red de relaciones y emociones que dentro de ella se teje desde antes de que el
bebé llegue al mundo. En el momento en
que la futura madre y padre saben que se espera la llegada de un bebé, comienzan
a tener expectativas, deseos e ilusiones.
Es la familia el eje central del bienestar
socio emocional del niño y es allí donde hemos de centrar nuestros esfuerzos de
cara a un futuro mejor.
Fuente: https://www.nytimes.com/2017/07/03/opinion/when-babies-cry.html (fecha de consulta 03/07/2017)
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